Ya sea por falta de ideas innovadoras, por sincero homenaje o por proyecto con oportunidad comercial, los remakes en el cine fueron – y son - habituales en las carteleras. El volver a hacer en la escena fílmica no es, ni por asomo, un recurso escaso.
Grandes obras de Hollywood como Scarface (Brian De Palma, 1983), La cosa (John Carpenter, 1982), La gran estafa (Steven Soderbergh, 2001) o Cabo de miedo (Martin Scorsese, 1991) tienen su antecesora en el cine mas o menos clásico. Sus éxitos no parecieran estar dados por ser reconocidas popularmente como remakes sino por ser excelentes producciones. Quedando camuflado en cierto punto y en cierto, quizás, interés, su obra primigenia.
Cuando los remakes del monstruo cinematográfico californiano se basan en películas de otros países la cosa se pone pantanosa, peliaguda y con una dificultad a la hora de augurarle, en un comienzo, un éxito afín a la original. En el caso argentino, el camino fue similar. Huelga preguntar el motivo y para esto resulta casi ineludible pensar en clave local las bases del renombre.
Cuando una película argentina trasciende fronteras y goza de la distinción de ser merecedora de remakes en Hollywood, a nivel popular se generan sentimientos algo contrapuestos. Por un lado, nos llena de un orgullo nacionalista automático y por el otro, nos transita una especie de incertidumbre y cierta incredulidad sobre el derrotero que implica la transposición. La fama y la aceptación local no implica un traslado lineal en la nueva contienda trasnacional. El guion, los gags y hasta las actuaciones suelen tener asentimiento local y específico y es en estos puntos justamente donde reside la gran dificultad de hacer popular y de calidad la nueva aventura cinematográfica norteamericana.
A continuación, grandes películas argentinas de las que intentaron replicar éxitos puertas afuera.
El secreto de sus ojos (2009) / Secret in their eyes (2015)
La empresa parecía compleja e innecesaria dada la fama y los premios de la película argentina y el resultado fue consecuente. Billy Ray, su director y guionista, dejó en claro desde un principio que su nuevo film iba a sufrir modificaciones en personajes y guion en base a su intención de hacerla “muscular y norteamericana”. Reforzar el thriller intenso en detrimento de lo romántico. El buen reparto (Nicole Kidman, Julia Roberrts, Chiwetel Ejiofor, entre otros) no ayudo a evitar la tibia recepción por parte de los críticos.
Nueve reinas (2000) / Criminal (2004)
Fabián Bielinsky estrenó, comenzando el milenio, lo que sería su primer y anteúltimo largometraje (se nos fue de este mundo muy joven, lamentablemente) en el que dos estafadores de poca monta ven una oportunidad única en el mundo criminal en las calles de Buenos Aires. La película enarboló un éxito rotundo, situación que hizo posar los ojos de Hollywood sobre ella.
La adaptación norteamericana no se hizo, entonces, esperar mucho y ya para el año 2004 se contrató a un – incluso al día de hoy - ignoto Gregory Jacobs para que se haga cargo. Con un elenco irregular del que se puede destacar a una incipiente en la industria Maggie Gyllenhaal y a John C. Reilly, la película fue, incluso, mejor recibida por la crítica que por el público en general y transito la lenta agonía del olvido cinematográfico.
Hombre mirando al sudeste (1986) / K-Pax (2001)
Emblemático caso de un evidente plagio no reconocido. Eliseo Subiela llegó incluso a denunciar penalmente la remake norteamericana. Su director, Lain Softley se defendió de las acusaciones aduciendo que su película no estaba basada en la obra de Eliseo sino en una novela de Gene Brewer. Motivo que estancó la presentación.
La original trata sobre Denis, un médico psiquiatra, que trabaja en un neuropsiquiátrico. Al lugar llega Rantés, quien dice ser un visitante de otro planeta. Incrédulo en un comienzo, Denis comienza a dudar de la falsedad del relato. ¿De qué trata la – no reconocida – remake norteamericana? Bueno, de lo mismo.
La versión de Lain Softley tiene un excelente reparto comandado por Kevin Spacey y Jeff Bridges y ha sido mucho mejor catalogada por el público que, en general, por la crítica.
La disparidad en la calidad de los diferentes remakes del cine argentino a lo largo de la historia ha sido una constante. En los últimos años y ante la aparición de la multipremiada película de episodios “Relatos salvajes” el esquema parece haberse modificado. Vale decir, el intento de la búsqueda de la clave del éxito ya no pareciera ser el remake sino el contrato directo con el director. Es así que a Damián Szifrón lo contactaron desde Hollywood y dirigió la muy buena película Misántropo (2023). Situación similar a la del muy buen director de cine de terror autóctono Damián Rugna (Cuando asecha la maldad, aterrados) quien, y esto corre por cuenta de quien escribe, no tardará en recibir ofertas del mismo tenor.
Marcos Bongianino - Profesor y amante del cine